En este apartado he decidido compartir la reflexión a la que hemos llegado como grupo.
Azalia, Rocio Iván y yo.
En esta última parte del trabajo, expondremos cuáles fueron nuestras sensaciones, reflexiones y conclusiones extraídas de toda la actividad realizada. Cabe destacar, que para que este apartado fuera transparente y sincero, durante todo el proyecto fuimos realizando diferentes reflexiones de los aspectos que nos parecían más significativos y relevantes. Al terminar el pilotaje, decidimos hacer una videoconferencia grupal con una lluvia de ideas sobre las reflexiones a las que habíamos llegado tanto como grupo como individualmente.
En el inicio de nuestra planificación surgió un imprevisto con el que no contábamos. Como hemos explicado anteriormente, Mikael dejó de participar en el proyecto (comunicado por su tutora Pilar), y no tuvimos la posibilidad de contactar con él de nuevo. Este hecho nos generó cierta inseguridad, puesto que debimos tener en cuenta las necesidades de los tres alumnos desde el inicio del proyecto. De esta manera, se nos planteó un reto inesperado porque tuvimos que seguir adelante y modificar todo aquello que estuviera adaptado para Mikael en un tiempo limitado. Por ello, continuamos con nuestra idea principal, es decir, la recomendación de películas mediante un PodCast. No obstante, esta situación fortaleció nuestra relación como grupo. Debimos tomar decisiones conjuntamente, por lo que fuimos conscientes de la importancia de estar en sintonía, así como trabajar cooperativamente para hacer frente a cualquier incidente inoportuno. En definitiva, tuvimos que la posibilidad de experimentar la flexibilidad que requiere ser un buen docente.
Por lo que respecta a las dudas que encontramos durante el pilotaje, consideramos que supimos lidiar con ellas exitosamente. Al realizar las correcciones de las actividads, teníamos dudas sobre la metodología idónea de evaluación para nuestras alumnas. Partiendo de la base de que estamos cursando un máster de metodología interdisciplinaria, quisimos aprovechar aquellos conocimientos que adquirimos tras cursar la asignatura de Evaluación en el aprendizaje de ELE, es decir, poner en práctica la evaluación formativa. Por este motivo, decidimos ofrecer retroalimentaciones detalladas, autoevaluaciones y rúbricas/parrillas analíticas.
En relación con las dificultades, por ejemplo, en la Actividad 2, señalamos cada uno de los errores que habían cometido en la redacción de los textos y, seguidamente, añadimos los motivos por los que debían utilizar una forma concreta. En este momento fuimos conscientes de que no sabíamos hasta qué punto debíamos corregir, es decir, nos encontramos con dificultades. De todas maneras, quisimos consultar el MCER (2002) para tener una idea de aquello que debíamos corregir en relación con las diferentes destrezas de sus niveles competenciales. Sin embargo, como grupo no llegamos a concretar en qué nivel se encontraban nuestras alumnas, por lo tanto, a pesar de estas dificultades, confiamos en nuestra formación y percepción respecto a los inputs que recibimos de las estudiantes. En cambio, el factor actitudinal de una de las participantes, Harpa, fue todo un reto. Nos encontramos con la dificultad de tener que buscar estrategias de motivación, ya que percibimos menos implicación en las actividads. Si es cierto que entregaba cada una de las actividades a tiempo, pero consideramos que el esfuerzo y dedicación fueron menores.
Respecto a los puntos fuertes que hemos podido analizar, creemos que el trabajo cooperativo ha sido un aspecto que ha funcionado satisfactoriamente en el grupo. Para ello, hemos puesto en práctica una comunicación constante y permanente. Ante distintos desacuerdos que se presentaron, optamos en todo momento por dialogar para encontrar acuerdos. Cada uno de nosotros ha demostrado ser flexible, empático, profesional y compañero. Por lo tanto, hemos conseguido pasar de ser un grupo a ser un equipo. Además, fue interesante observar cómo nuestras alumnas eran conscientes de ello, puesto que transmitimos unidad. Sinceramente, creemos que no podríamos haber tenido unos mejores compañeros para este trabajo. Cabe destacar, que somos individuos con personalidades muy similares y además tenemos nuestro trabajo aparte del máster. Eso ha hecho que nos tengamos que organizar de la mejor manera posible para que no fuera complicado para uno ni para otro, es decir, realizamos un trabajo equitativo y distribuido.
Por otro lado, nos complace remarcar que nuestra competencia digital se potenció en gran medida, puesto que utilizamos diversas herramientas que fueron útiles no solo para los fines del proyecto de telecolaboración, sino que también por lo que respecta a nuestra formación profesional, más aún considerando el cambio repentino que estamos atravesando en el presente. Pensamos que, en relación con la competencia digital impartida en la asignatura, ahora somos profesionales cualificados y que podremos aplicar en el aula las últimas tendencias en metodologías activas para motivar y enriquecer a nuestros alumnos.
Tras realizar la última videoconferencia del proyecto, las alumnas expresaron sus sensaciones generales y conclusiones a las que habían llegado. Por un lado, nos confesaron que algunas de las actividades tenían instrucciones que no quedaban del todo claras y tenían que acudir a una con la otra para preguntar ciertas dudas. También, tuvieron que buscar algunas palabras que no entendían o preguntar a los profesores el significado de las mismas, cosa que les impedía fluir en la confección de las actividads. Sin embargo, este hecho, junto con la metodología de trabajo en parejas, reforzó su relación como compañeras y a partir de ese momento se consultaban y tenían una comunicación permanente sobre cuestiones relacionadas con el español. Por otro lado, la retroalimentación que recibimos respecto a las actividades y el tema del proyecto, fue muy positivo y halagador. Reconocieron que disfrutaron mucho realizando las actividades, así como interactuando con nosotros. Afirmaron que habían aprendido mucho y que se trató de un gran reto para ellas.
En conclusión, el proyecto de telecolaboración se presenta como un plan con muchas implicaciones, no solamente de temporalización sino de adaptación a circunstancias. Hemos puesto en práctica todos los conocimientos adquiridos, no solo de esta asignatura sino de toda la formación como profesores de español recibida hasta el momento. Además, nos gustaría admitir que estamos muy felices con el resultado final del proyecto de telecolaboración que hemos realizado en la asignatura de Las TIC en la Didáctica de ELE. Cada uno de nosotros nos sentimos satisfechos con cada una de las fases por las que hemos pasado y creemos que es una experiencia que ha contribuido a nuestro aprendizaje.